En la ciudad de La Plata, una mujer relató a un diario digital la experiencia que tuvo con Alberto Fernández. Según ella, el expresidente le mandó a los servicios de inteligencia para hacerla callar.
La agencia NOVA, que difundió la información hace un tiempo, examinó los contenidos con detenimiento y concluyó que Alberto Fernández habría tenido una situación comprometida tras una falta de fidelidad.
La señorita, identificada como Laly Belén, empleada en una entidad estatal de la provincia de Buenos Aires, reveló que, antes de asumir la presidencia, Fernández solía recorrer la ciudad para visitar su residencia. Ella, entusiasta de la política, le abría la puerta con amabilidad para mantener conversaciones.
Sin embargo, una vez Alberto Fernández asumió la presidencia, rápidamente se olvidó de Belén, alegando no conocerla. NOVA habría tenido acceso a información exclusiva que indica que el expresidente le prometió presuntamente muchas cosas a Belén y visitaba su hogar con intenciones de mantener una relación íntima.
El descontento de la mujer superó su ideología y militancia peronista, y por eso persistió en buscar el reconocimiento del Presidente. No lo hizo para estar a su lado, sino para ofrecer apoyo y colaboración en la Fundación que mantiene abierta en la ciudad de La Plata, en la zona de Arturo Seguí, con el objetivo de ayudar a personas en situación de calle.
Según NOVA, su malestar fue tan grande que expresó con ellos: "Estoy indignada de que una persona venga a mi casa con intenciones interesadas de salir conmigo y luego pretenda no conocerme. Aunque no tengo su número de teléfono, conservo los mensajes por Messenger y otros datos. Soy una persona que sigue trabajando por y para la gente, pero me duele que actúe como si no me conociera."
En los momentos en que habrían ocurridos los intercambios eróticos, Fernández estaba en una relación con la ex primera dama. Es conocido que el Presidente tiene la costumbre de chatear con mujeres a través de diversas redes sociales hasta altas horas de la madrugada, con el objetivo de llevarlas a la cama; sin embargo, una vez cumplido su propósito, se desentiende por completo de sus promesas.
La víctima de Fernández en La Plata dijo que teme revelar los chats eróticos, ya que al ponerse en contacto con la agencia NOVA, descubrió que su celular estaba pinchado por servicios de inteligencia estatal. Estos servicios le habrían hecho advertencias amenazantes para que dejara de comentar el asunto con los periodistas.
Este comportamiento de Alberto Fernández no es nuevo. Santiago Cúneo, quien militó por el expresidente durante la campaña de 2019, expresó algo similar.
Durante la pandemia de 2020, cuando ocurrió el caso del ex diputado Juan Emilio Ameri, quien le había besado los senos a una mujer durante una sesión de la Cámara de Diputados que se realizó vía Zoom, Cúneo relató en su programa: "¡Pero claro!, si el presidente tuitea con putas hasta las 6 de la mañana, ¿por qué el diputado no puede hacer esto…?", expresó enojado.
"¿Por qué, si todavía están los audios y los WhatsApp del tarado (Alberto Fernández) que lo sigue haciendo, siendo presidente de la República y con la novia durmiendo en Olivos…? ¡Y sigue tuiteando el pelotudo…!", afirmó Cúneo con dureza. Y culminó: “Entonces el diputado sigue en la joda, si el presidente es putanero, todos son putaneros, porque está bien”.
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