En un impactante giro de los acontecimientos, las memorias políticas del ex Primer Ministro británico Boris Johnson han revelado un audaz plan para invadir los Países Bajos con el objetivo de recuperar las vacunas COVID-19.
Tensión entre el Reino Unido y la UE por la distribución de vacunas
Los planes de Johnson surgieron tras dos meses de negociaciones "inútiles" con la Unión Europea (UE) sobre la liberación de cinco millones de dosis de la vacuna AstraZeneca que estaban retenidas en un almacén de Leiden, Países Bajos. Según Johnson, la UE "quería impedirnos recibir las cinco millones de vacunas, pero no dio muestras de querer utilizar las dosis de AstraZeneca". La Comisión Europea había iniciado una "guerra legal" con los laboratorios británicos, alegando que la empresa no cumplía su contrato con las instituciones europeas. Johnson consideraba estas afirmaciones "sin sentido" y afirmaba que el contrato firmado por Kate Bingham, presidenta del grupo de trabajo sobre vacunas en el Reino Unido, era "a prueba de bombas".
Una misión desesperada y arriesgada
Movido por la desesperación y la convicción de que las vacunas eran legalmente del Reino Unido, Johnson ideó un plan para hacerse con ellas por la fuerza. El plan consistía en enviar comandos en lanchas neumáticas por los canales holandeses hasta llegar a las vacunas "secuestradas" y luego retirarse con un camión articulado. El jefe adjunto del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Doug Chalmers, aseguró que el plan era "ciertamente factible", pero advirtió que sería imposible ejecutarlo sin ser detectados por las autoridades neerlandesas. A pesar de la advertencia, Johnson consideró brevemente la operación antes de descartarla como "una locura" debido a la naturaleza aliada de los Países Bajos dentro de la OTAN.
El fracaso de la diplomacia y las consecuencias
El plan de Johnson puso de manifiesto el profundo deterioro de las relaciones entre el Reino Unido y la UE tras el Brexit. La UE había impuesto controles a la exportación de vacunas, lo que había provocado escasez en el Reino Unido. La negativa de la UE a liberar las vacunas retenidas en Leiden fue vista por Johnson como un acto de "malicia y rencor". El incidente subraya la importancia de la diplomacia y la cooperación, especialmente en tiempos de crisis. También plantea preguntas sobre la fiabilidad de los organismos internacionales y su capacidad para responder eficazmente a las necesidades urgentes.